ver la teta asustada
La violencia cotidiana sufrida en la época del terrorismo en Ayacucho, hace que Perpetua, una mujer mayor que vive exiliada en Lima, le transmita a su hija Fausta, (Magaly Solier) lo que en los Andes llaman la enfermedad de la Teta Asustada. Una extraña creencia, o más bien un mito de la serranía andina, sobre una enfermedad que cargan los hijos de las mujeres que fueron violadas y maltratadas durante sus meses de embarazo en la época del Sendero Luminoso. Se piensa que la leche materna de aquellas víctimas se infecta de terror y se traspasa a sus hijos llenándolos de un miedo atávico. Tras este hecho traumático, Perpetua y Fausta sólo se comunican cantando. Fausta acusa la enfermedad en momentos de miedo y tensión extrema sangrando por la nariz y conviviendo con el temor latente a la violación. La historia arranca cuando Perpetua muere y su hija Fausta quiere repatriar sus restos y enterrarla en su aldea natal. Pero pronto se descubre que Fausta oculta algo más: lleva una patata metida en su vagina, que utiliza como tapón, por el propio temor a repetir la terrible experiencia vivida por su madre. La Sra. Aída, compositora e intérprete de música, es la dueña y señora de "La casa de Arriba" donde Fausta es llamada a trabajar por las noches, con el objeto de ahorrar el dinero necesario para trasladar a su madre muerta. "La casa de Arriba", es una mansión atrapada en medio de un mercado popular de un barrio de la periferia de la capital. Fausta entrará en la vida de Aída a través del canto, al igual que con su madre. Allí también conocerá a Noé, el jardinero. El triángulo de relaciones dará un cambio radical en la manera como las dos mujeres afrontan la carga de su memoria, la vida que les llega y el sabor del desamor.